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proposito de viaje

Después de escuchar como 346.000 veces que no me debía ir de Siem Reap sin haber visitado sus templos, me convencieron. Me levanté a las 4 de la mañana, tomé la bici y empecé a pedalear hacia Angkor Wat.

Estaba a una semana de salir del país y por fin la temporada de lluvia había empezado. Había retirado los 35 dólares para pagar la entrada y tenía la ruta preparada en el GPS del celular.

Sin embargo, y tal vez por la falta de interés, nunca pregunté ni investigué mayor información.

Después de casi una hora de pedalear llegué  a un check point donde me informaban que no podía comprar los tiquetes allí sino en una caseta a 7 kilómetros en dirección contraria a los templos (de donde yo venía), el único lugar en todo Siem Reap.

Ignorante de la certeza de lo que me decían y desconfiado de que quisieran “sacarme dinero” decidí seguir pedaleando a una segunda entrada a verificar lo que me habían dicho.

Efectivamente, no podía ingresar. La caseta ya no estaba a 7 kilómetros pero a casi 9 y las ganas de entrar al tal templo ya no eran las mismas.

Fue como cuando a uno lo presionan para ir a una fiesta que uno en realidad no quiere ir porque sabe en el fondo que no va a estar buena y resulta siendo así. Bobo uno que se deja influenciar más bien?


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¡No! Lo mío es otro tipo de viaje

proposito de viaje
Practicando Bokator, artes marciales de Camboya.

¿Qué porque no quería ir a Angkor Wat? Simple, porque me pasó lo contrario que cuando fui a la Muralla China, a la torre de Pisa y a las Pirámides de Egipto: no tenía ganas y punto.

En realidad supe de los templos hasta el día anterior a mi viaje y no provocaban esa chispa que uno tiene por ver un lugar. Las otras excusas son resultado de mi falta de interés: 35 dolares? Pufff, aguantarme ese calor? jaaa.

Bueno tal vez también porque de tanta insistencia ya sentía que si iba era por hacer algo que los demás esperaban de mí y no porque en realidad quisiera verlo.

“Vamos a las dos” me preguntó un amigo, quien proponía que fuéramos a Angkor Wat el día antes de tomar mi vuelo, ‘el último chance’… “¿qué qué?” Le respondí. “No se necesita mucho tiempo” continuó “En dos horas se toma la foto y ya”.

Lo mire con ojos de incomprensión y le dije “no, yo prefiero no ir”. “¿Pero cómo así? es Angkor Wat, tienes que verlo!” insistió.

“¿Para decir que lo vi y ya? Neee tengo mejores cosas que hacer” respondí. Me gusta la fotografía pero no soy de los que va a un lugar por el simple hecho capturar una imagen.

Lo que hice en Siem Reap: mi experiencia como voluntario

proposito de viaje: voluntario en Siem Reap
Con los chicos de Project Y: yogurt congelado que paga por la educación de alguien más.

Con ese dinerillo me metí a clases de yoga que ya venía desde hace tiempo queriendo hacer. Practiqué las artes marciales tradicionales de Camboya y comí en Peace Café, un lugar que apoya el ‘comercio justo’ con la comunidad local.

Al parecer es un sacrilegio haber estado en Siem Reap y no haber visitado Angkor Wat (según Wikipedia la mayor estructura religiosa jamás construida) pero yo me voy tranquilo.

Si mi objetivo visitando Camboya hubiese sido visitar los templos, seguro que no me los hubiera perdido. Sin embargo, yo vine por algo más y lo hice.

Estuve un mes trabajando como voluntario en AngkorHUB, un coworking space. Allí rediseñe la imagen del sitio web para reflejar el aspecto social que lo representa, incentivar a los usuarios a visitar e incrementar las reservas de acomodación en el lugar.

También pinté paredes y trabajé con Cambodia Rural School Trust (CRST), ONG que apoya la educación de jóvenes Camboyanos a través de la venta de yogurt. Con ellos compartí lo que sé sobre obtener becas de estudio en el exterior, ventas y mercadeo.

Y el resto del tiempo lo dedique para mí y las asesorías que vengo haciendo desde hace 6 meses por esta página web. A leer, escribir y conectar con la gente… el propósito del viaje.

Qué, cómo, dónde, cuándo

proposito de viaje: voluntario en Siem Reap
Con Jeff, mente brillante detras de AngkorHUB

A través de Work Away conocí de AngkorHUB. Puedes ver el perfil del voluntariado aquí. Como voluntario conocí más sobre emprendimiento social y pude contribuir desde lo que mejor sé hacer y más me gusta.

A cambio de 5 horas de trabajo 6 días a la semana me ofrecieron acomodación, desayuno y almuerzo. También podía usar las bicicletas y asistir a los talleres y charlas organizados semanalmente.

Fue mi primera vez en un coworking space, lugar donde asisten nómadas digitales, freelancers y otras personas que trabajan remotamente. Entre ellos conocí desarrolladores de apps, escritores y emprendedores.

Muy parecido a mi primera experiencia de voluntario en Italia, en Camboya sentí que estaba ‘en mi salsa’ y las comodidades superaron mis expectativas.

Las tareas principales del voluntariado son recibir a las personas al coworking space, colectar  dinero, promocionar los talleres y programas de mentoria con la comunidad. Adicional a eso es el grano de arena que cada una decida ofrecer para mejorar los procesos, el ambiente o cualquier otra cosa.

Es un lugar ideal para proactivos que te ofrece el recurso más valioso: tiempo. Ya sea trabajar en tu propio proyecto online, viajar a ciudades cercanas o visitar los templos antiguos, tiempo vas a tener en Siem Reap.

***

¿Y tú por qué viajas?

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SOBRE EL AUTOR


David Millán P.

Consultor de Becas y Admisiones Internacionales. He ganado 7 becas, me he formado en 8 países diferentes y he asesorado exitosamente a más de 1.000 personas a estudiar en el exterior sin gastar una fortuna y sin endeudarse de por vida.  

👉 Conoce más sobre mí aquí


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