No creer que somos lo suficientemente buenos, ese es nuestro problema. Las razones NO son porque no tengamos dinero o porque no hayan suficientes becas, ni mucho menos porque éstas sean exclusivamente para “ratones de biblioteca”, no!
La gente no aplica a las becas porque se subestiman a sí mismos y sobreestiman a los demás.
Para ganarse una beca, las ganas son tan solo el primer paso que todos tenemos. Sin embargo, el segundo y más importante es creer que así lo podemos hacer. Acá es donde la mayoría se queda porqué desconocen todo de lo que son capaces.
Conozco casos de gente con notas buenísimas y varios logros pero cuando les pregunto el por qué no aplican a una beca me responden con “Es que mucha gente aplica” o “Eso debe ser difícil”… desconocen el proceso. Pero me pregunto ¿por qué?
Si supiéramos que somos lo suficientemente buenos nos llenaríamos de iniciativa para encontrar los medios y hacer todo lo que queremos.
Más confianza
Recuerdas a tus compañeros de clase que no les iba tan bien en el colegio o en la universidad pero aun así terminaron con empleos o carreras admirables. Bueno, pues mi teoría es que estas personas saben en lo que son buenas y no dejan que unas notas o un papel les diga lo contrario.
Entonces tú que tienes las notas y la experiencia ¿por qué no confías más en lo que sabes?
Cada vez hay más información disponible y con tan solo un clic puedes abrirte a un mundo de posibilidades.
- Investiga, entérate como otros lo han hecho y date cuenta que tú tienes lo que se necesita
- Sé paciente. Te puede llevar semanas consolidar la información.
- Has preguntas específicas a la gente que lo ha hecho. Acércate a dónde quieres ir, visualízate.
Cuando empezamos a indagar, nos damos cuenta exactamente de los documentos y requisitos que necesitamos y nos podemos preparar.
Porque si bien puede que no cumplamos con los requisitos hoy, puede que en 3, 6 o en 12 meses completemos lo que nos piden.
Paciencia! Puede ser un proceso largo pero toda labor tiene su recompensa y si persistes, esto representará estudios de educación superior, viajes y mucho desarrollo personal.
¿Necesitas otro idioma como inglés, francés o alemán? Prepárate!. Evalúa tu nivel actual en la lengua y colócate la meta de pasar el examen que te pidan.
Metas! Ese es el siguiente paso: trazarse objetivos. Ya tienes las ganas y crees que lo puedes hacer, entonces aterriza la idea a la realidad, colócale fechas a cada cosa/habilidad/ documento que necesites y trabaja por ello.
Cuando te das cuenta que otras personas ya lo han hecho, confías en tus capacidades y tienes un panorama claro de trabajo, la motivación se vuelve acción y cada pequeño triunfo que obtienes te demuestra que todo es cuestión de TIEMPO.
Lo que era difícil antes ya no lo es… Progreso, eso es lo que estas teniendo.
Primero el ‘Qué’, después el ‘Cómo’
Cuando me gané la beca a Corea pensaba que había sido magia, la cual atribuía al profundo amor que le tenía a mi novia que vivía allí. Hoy, pensando al respecto, me doy cuenta que mi motivación por estar con ella fue la que aumento mi confianza y me mostró la forma de hacerlo realidad.
El “Cómo” no debería ser nuestra preocupación hasta estar seguros del “Qué”. Pues sin saber en realidad QUÉ queremos y QUÉ dotes tenemos que nos hacen sobresalir entre los demás, va a ser difícil que encontremos el CÓMO.
Recuerda: Si no sabes para dónde vas (qué) no sabrás qué camino tomar (cómo).
Entonces si todavía no sabes por dónde empezar, para!
- ¿Por qué quieres estudiar en el exterior?
- ¿Cuáles son los beneficios que esa experiencia traerá a tu vida o a tus metas más grandes?
- ¿Qué tienes tú que la gente admira? Recuerda esas veces que te llamaron para pedirte un consejo o los mensajes de tus amigos y familia en ocasiones especiales… ¿qué cualidades o habilidades ven ellos en ti?
- ¿Cuáles han sido tus logros académicos, profesionales y personales?
- ¿Qué errores cometiste y cómo los solucionaste?
Toma tu tiempo para responder. Piensa y escribe todo lo que se te venga a la cabeza. Aclara tus ideas, desquítate con el bolígrafo y el papel.
¿Ya ves todo el valor que tienes? es mucho!
Esas palabras ahí son la base del resto del proceso de aplicación. El empujón que necesitas y el contenido para el documento más importante: la carta de motivación al programa que deseas presentarte… tu llave a una nueva experiencia.
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