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Somos el resultado de genética, decisiones y el entorno que nos rodea. Los gestos que empleamos, la forma en que nos vestimos y hasta la manera en que nos vemos a nosotros mismos, son en gran parte influenciados por el entorno en el que nos movemos.

Por eso viajar nos cambia. Al vivir en otro país conocemos culturas diferentes y tomamos algunos de los hábitos de la gente. Lo hacemos para adaptarnos lo mejor posible al que se convirte en nuestro hogar por un tiempo.


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Llegar a casa

“Como esta de cambiad@” nos dicen nuestros familiares cuando regresamos a casa o “¿Desde cuándo le dio por (nuevo habito)?” preguntan sorprendidos. Nuestros amigos también nos recuerdan que ya no somos los mismos, y  dentro de nuestro corazón sentimos que tienen la razón.

No podemos tener una larga conversación con las mismas personas porque vemos que los temas carecen de importancia. No mencionamos lo que alguna vez nos preocupaba porque ahora entendemos que no ganamos nada complicándonos la cabeza… aceptamos que existen problemas más grandes en la vida.

La emoción del regreso a casa se desvanece con el paso de las semanas. Traemos un montón de nuevas costumbres y dejamos parte de nosotros ‘allá’. Llegamos más soñadores más visionarios, con menos miedos y con muchas historias que compartir.

Es nuestro turno de hablar pero la gente no reacciona de la forma que esperamos. “¿No les parece increíble?” nos preguntamos inseguros de nuestros dotes de cuentista.

Lo cuestionamos todo y con nostalgia recordamos todo lo bueno que dejamos atrás. Nos da una especie de crisis existencial porque sentimos que nadie nos entiende y añoramos constantemente un viaje más… uno más, tan solo un momento más de aventura.

Aceptar el cambio

cambio

El problema ocurre cuando pensamos en retomar la misma rutina que dejamos cuando nos fuimos de viaje. Ser o hacer algo a lo que estábamos acostumbrados o algo que queríamos en ese entonces. Pero ahora pensamos diferente, tenemos otras prioridades y no deberíamos pelear contra ello.

Parar y escuchar a ese nuevo ‘yo’. Encontrar la forma de aplicar lo que aprendimos y desarrollar las ideas que trajimos.

Volver a casa no debe significar un alto a la aventura sino una continuación de la misma, pues la vida misma es un viaje y nosotros decidimos como disfrutarla.

Unirse a comunidades como Couchsurfing y Meet Up son oportunidades para continuar la travesía en nuestra cotidianidad: abrirle las puertas a un extraño, intercambiar habilidades por otras y descubrir más gente como nosotros en casa.

No volvamos a la rutina que dejamos atrás, eso hace parte de nuestro pasado. Movámonos, corramos, saltemos!! Tal y como lo hacíamos  de donde vinimos. Contagiemos a todos con nuestra energía y compartamos con ellos las ganas que tenemos de seguir recorriendo el mundo.

no dejemos de ser nuestro nuevo y mejorado “yo”!

***

Y para ti ¿qué es o fue lo más difícil de volver a casa?

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SOBRE EL AUTOR


David Millán P.

Consultor de Becas y Admisiones Internacionales. He ganado 7 becas, me he formado en 8 países diferentes y he asesorado exitosamente a más de 1.000 personas a estudiar en el exterior sin gastar una fortuna y sin endeudarse de por vida.  

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  1. Me encantó el artículo, me siento totalmente identificada :). Sólo llevo viviendo 1 año fuera de Colombia, exactamente en Indonesia, todavía no he regresado, pero creo que cuando lo haga, seguramente mis familiares y amigos me van a sentir diferente, yo misma lo siento, he crecido, he aprendido, me he dejado de complicar por algunas cosas y tal vez ahora comprendo más algunas situaciones y elecciones de vida de otras personas. Especialmente aquí en Indonesia he aprendido mucho acerca de la religión musulmana y me he quitado algunos paradigmas de la cabeza, creo que es una religión muy amorosa y no tan restrictiva como pensaba antes, así es aquí, no sé como sea en otros países, tal vez tenga mucho que ver la cultura, pero viviendo por un año en el país con más musulmanes en el mundo, eso es lo que pienso por mi experiencia personal. Espero seguir viajando y aprendiendo en ésta ésta aventura que es la vida que Dios nos regaló.

    1. Hola Jen!! Me alegra mucho leer tu historia! definitivamente viajar nos cambia un montón y veo que también te ha traído un varias cosas positivas. Igualmente, coincido con tu manera de ver la vida y de aprovechar cada momento tan preciado que tenemos. Un abrazo y toda la mejor energía por allá en tu viaje a lo mejor nos encontramos por el camino :).

      1. Yo volví a casa en DIC. 2016, los 1ros dias al despertar me preguntaba «¿dónde estoy?». Cambié mucho y me diciendo de ello, como dices hay cosas que antes importaban tanto y ahora son canales, habían amigos que tenía por esta o estás razones y ahora solo me quedé con los precisos, los más importantes y valiosos. Creo q el viaje me hizo crecer tanto como persona que necesito volver a hacerlo para seguir creciendo. Quiero sentirme maravillada a diario por los paisajes bonitos, la gente distinta y las experiencias nuevas. Ay! Son tantas cosas de las que hablar ajajajaj que uno se olvida de todas ellas.

        1. Total!!! Así es que me pasa cada vez que regreso. Lo de las amistades es clave. Al enfrentarnos a nuevos entornos podemos ‘cabar’ mas profundo de nuestro Autentico y mejorado ‘yo’. Así descubrimos lo q nos gusta y con quienes queremos estar. Y al final pues que se queden los mas afines y los que nos aceptan como somos 😀

          Gracias Jocelyn. Un abrazo!

  2. Hola! me gusto mucho el articulo y me siento muy identificada…!! siento q vuelvo despues de un proceso y a veces la gente q me rodea esta en la misma y ni siquiera me preguntan nada del viaje… creo q no dimensionan lo que sucede en quienes viajamos despues de esa experiencia. Por otra parte solo 4 meses estuve viajando por Brasil, haciendo voluntariados, vendiendo artesanias, haciendo malabares, cualquier rebusque y aprendi tanto de la vida y de mi misma que cuando volvi a casa me di cuenta que habia adquirido habitos y un estado de tranquilidad q no habia logrado en mi cotidianeidaad de mi vida anterior. Es muy loco…! aguante viajar!!

    1. Woow 4 meses es un montón! además Brasil debe ser genial. Sin lugar a dudas viajar nos enseña tanto del exterior como de nosotros mismos. Me alegra mucho saber de esa magnifica experiencia que tuviste. Un abrazo Claudia y las mejores de las energías ahora que estas de regreso!

  3. Para mí ha sido muy difícil regresar y adaptarme. Viví en Francia nueve meses enseñando español en un liceo. El pago era muy bueno, los estudiantes muy respetuosos y en mis vacaciones recorrí en total 10 países de Europa y Asia. Regresé a Colombia y la primera semana fue mucha emoción de reencontrarme con mi familia, pero después empecé a tener depresión. Conseguí un trabajo que me tiene ocupada de lunes a sábado, este no me da tiempo de estar melancólica por todo lo que extraño de allá, sin embargo, sí me aburre la rutina de la que tanto quería escapar al llegar. Hice muchos amigos y siento que me faltó por conocer muchísimo. Añoro regresar a través de una beca. ¡Espero poder hacerlo!

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