Casarse, vender todas las posesiones materiales y tener una luna de miel de 2 años alrededor del mundo. Eso fue lo que hicieron Ceci y Pablo, una pareja de argentinos que recibí en Dinamarca y que me mostraron otra forma de ver la vida.
Para ser exactos, visitaron 22 países, empezaron de cero 3 veces en 3 países diferentes y se quedaron en la casa de 13 personas mientras viajaban para ahorrar un poco de dinero y viajar más.
Esta es una historia de autoconfianza, coraje y mucho amor…
Abriéndole las puertas a dos extraños
Era Julio de 2015, vivía en una residencia estudiantil y los que eran mis compañeros de casa (otros 10 estudiantes internacionales) ya se habían devuelto a sus países. La casa se sentía muy sola y esto me motivó a ofrecer la sala a otros viajeros a través de Couchsurfing.
Así fue que llegaron a mi casa Pablo y Ceci, una pareja que contagia de alegría en el primer momento. Dos argentinos de baja estatura pero grande de corazón que me mostraron otra realidad, otra forma de viajar.
Para ese entonces, la idea de recorrer el mundo como voluntario ni siquiera se me pasaba por la cabeza y todavía estaba muy enfocado en ser ese alto ejecutivo del que te cuento en esta publicación.
Sin embargo, cada decisión que tomamos afecta radicalmente nuestro destino… y abrirle la puerta a estos dos extraños fue sin lugar a dudas un ejemplo de ello.
“Que felicidad la de esta gente” era lo que no dejaba de pensar mientras que los escuchaba. Ambos tenían sonrisas de oreja a oreja después de un viaje por tierra desde Noruega hasta la que era mi casa.
“Acá es muy difícil hacer dedo” (autostop) decían un poco decepcionados, refiriéndose a que no pudieron encontrar gente que los acercara hasta donde yo vivía.
Les quedaba poco dinero y no podían darse el lujo de comprar tiquetes de tren. Como parte de su aventura, y para ahorrar la mayor cantidad de dinero posible mientras que viajaban, depositaban su confianza en gente generosa que les facilitasen los transportes y acomodación.
Sin embargo, en Escandinavia las cosas no fueron como esperaban. Les tocó pagar el tiquete de tren, que es bien costoso, y habían tenido otras malas experiencias en el camino mientras que hacían autostop.
Pero aun así estaban dichosos, cansados pero dichosos… “¿Por qué lo hacen?, no entiendo” seguía pensando. “¿Cómo pueden vivir así?”.
El despertar interior
Pablo, un arquitecto quien trabajaba para el gobierno de la provincia de Córdoba, y Ceci una trabajadora administrativa de una droguería. Ambos contentos con su labor, empezaron a replantearse la felicidad. “¿Éramos felices con lo que teníamos, de cómo vivíamos?” Se preguntaron.
“Y sí, lo éramos” me contaron. “Somos jóvenes, aun sin hijos y teníamos trabajos que nos daban para arrendar un departamento y ahorrar un poco de dinero al final de mes”.
Sin embargo, eran muchas horas de trabajo, empezaron a sentir un cansancio físico y mental… llegaron otros deseos.
“Una sensación de malestar: la rutina nos comía. Teníamos sueño constantemente que nos hacía desechar planes sociales. Nos encerrábamos en el departamento todo el finde para descansar. Sentíamos que el trabajo se reducía a ser solo una obligación y no lo disfrutábamos como antes” relatan.
Empezaron a formularse nuevas ideas para encontrar la felicidad haciendo otras cosas. Buscaron en ellos mismos todos sus deseos pasados “Algún día hare esto, aquello… Y bueno así surgió: vamos a viajar por el mundo!!” afirman.
¿Casa? No!
Cuando les pregunté acerca de cómo financiaron el viaje, me contaron que tenían ahorrado un dinero, pues su objetivo principal era comprar su propio apartamento. Acababan de casarse luego de 4 años de noviazgo y era de esperarse que se mudasen juntos, como la sociedad manda.
“Pero tendríamos que hipotecar y quizás pasarían de 20 a 30 para pagar el préstamo. No nos veíamos en esos zapatos, así que fuimos mucho más allá de un par de ladrillos. El mundo es nuestro!, dijimos y esa será nuestra única casa” continúan.
Así como así fue que empezaron a vender la mayoría de las cosas y con el dinero pagaron las dos visas que necesitaban: la americana y la de Canadá. “El reto fue sin lugar a dudas el desprenderse de la vida material y cómoda que teníamos” aseguran.
“¿Que les decían los demás?” les pegunté. “La mayoría nos apoyó, se alegraron tal vez porque sería parte (larga) de nuestra luna de miel. En cuanto a los comentarios negativos, creíamos en nosotros mismos y en que todo se puede en esta vida” afirma esta pareja de argentinos humildes y llenos de felicidad.
Compraron un tiquete de solo ida a Rio de Janeiro, Brasil por $9000 pesos argentinos (algo así como 700 dólares por los dos) al igual que dos mochilas: una de 60 litros para Ceci y de 70 para Pablo.
“Llevamos muchas cosas, la verdad que creímos que todo era importante y necesario, pero al final usamos solo el 40% de todo lo que empacamos. El error fue que empacamos ropa para todas las estaciones y cosas de ‘por si las dudas’” caen en cuenta.
“Antes de salir sentíamos mucha adrenalina y aparecieron algunos miedos ‘..y si nos equivocamos con esto? y si no nos gusta lo que viene?’..etc. Pero los superamos porque asumimos las consecuencias de nuestra decisión. Ya estaba todo hecho, y si teníamos que empezar de cero en algún lugar desconocido sería lo mismo que hacerlo desde nuestro país de nuevo”.
“¿Porque no? el miedo es el mismo allá o en Argentina, no hay diferencia” continúan.
Argumentan que el apoyo que recibieron de sus amigos y familiares fue importante. Confiaban en que si llegase a ocurrir algún problema, tendrían el respaldo de otras personas. De esta forma fue que terminaron de llenarse de coraje y se fueron.
Un mundo nuevo
Su aventura empezó desde el día uno, el 11 de Julio del 2014. Les tocó dormir en el aeropuerto de Rio de Janeiro, pues eran las vísperas de mundial y no había hospedaje disponible. Pasaron así las 3 primeras noches en la alfombra del hall de llegadas.
“¿Cómo se sentía eso de recorrer el mundo, de hacer lo que tanto querían?” les pregunté. “Al principio no sentíamos nada. Pero después de pasar Bolivia y creo Perú sentimos que nos estábamos convirtiendo en esos viajeros que tanto leímos de muchos blog. Sentimos gratitud”
Aseguran que transcurrían sus días recorriendo los lugares, caminando en cada una de las ciudades que visitaban: “Observamos todo, apreciamos lo que el día nos daba, desde las largas horas de la noche en buses incómodos hasta la taza de café con galletas que cenábamos. Todo era aprendizaje”.
“No armábamos planes, somos un poco desorganizados, así que hacíamos las cosas en función del día”.
“¿Y qué dificultades tuvieron?” les preguntó.
“Vencer los prejuicios, salimos con muchos respecto a la sociedad. Pero hoy nuestra realidad es otra, nuestra manera de ver la vida es otra. No hace falta irse de viaje por dos años o estar en la otra punta del mundo. Simplemente es un cambio de mente, pensamientos y parar de criticar imponiendo la cultura de uno como la mejor”.
“Respetamos, aunque no aceptemos ciertas culturas y formas de vida. Sabemos convivir con ellas, eso aprendimos con el viaje: a convivir”.
¿Y que más aprendieron?
“De vivir viajando por dos años aprendimos:
- A valorar lo que tenemos.
- A no quejarse de nimiedades.
- Hay tantas cosas buenas por hacer para cambiar esas cosas que no queremos.
- A opacar comentarios de gente que habla sin saber, gente sentada toda su vida en el sillón de la casa y que nunca han salido a mirar el mundo.
- A vivir con poco: lo necesario.
- A limitarnos a obtener cosas que nos servirán para algo adelante y no para tenerlo tirado por ahí.
- A compartir la experiencia, a contagiar las ganas, a decirle a todos que el que no puede es porque no quiere realmente. ”
¿Qué, cuánto, cómo y dónde?
- La ruta: Argentina-Brasil-Bolivia-Perú-Ecuador-Colombia-Panamá-Costa Rica-Nicaragua-Honduras-El Salvador-Guatemala-México-Estados Unidos-Canadá-España-Italia-Suiza-Alemania-Suecia-Finlandia-Noruega- Dinamarca-Italia-España-Argentina
- Tiempo: 2 años
- ¿Cuánto gastaron en total?: 25.000 dólares americanos entre los dos que les cubrio todo, incluyendo pasajes, comida, excursiones y regalos.
- ¿Cómo más se financiaron el viaje?: A parte de la tarjeta de crédito que terminaron de pagar en Agosto de 2016, trabajaron 5 meses en una constructora en Panamá (Ceci como administrativa y Pablo revisaba la obra), 4 meses en un hotel de México y 6 meses en Canadá donde vivían en un hostal a cambio de alojamiento y un dinero extra.
- ¿Cómo consiguieron los trabajos?
“En Panamá no conocíamos a nadie y buscando en los periódicos encontramos con quien compartir departamento. Luego a la semana Ceci ya estaba trabajando en un Deli Bar español y después los dos en la constructora. Caminábamos mucho por la ciudad buscando, hicimos lo mismo que hacíamos en Argentina. No hay que complicarse la vida, cuando se quiere se puede”.
“Ahora después de viaje, sentimos el mismo impulso que teníamos en Panamá o en Canadá, en ambos lados empezamos de cero”.
- Ahora que están de regreso, como fue la búsqueda de trabajo?
Pablo consiguió a penas se regresaron, pues según Ceci, su jefe lo quiere mucho. Y Ceci por otro lado, se dedica a plasmar todos sus aprendizajes y aventuras en un blog que espera abrir pronto, luego empezará a buscar empleo.
- Hay algo de lo que se arrepienten?
“No nos arrepentimos de nada, ni siquiera de haber vendido todo aunque hoy nos salga el triple de caro volver a comprarlo para quedarnos un tiempo en Argentina mientras que nos organizamos. Ese dinero nos sirvió para viajar, para pagar un hostal, un helado en Italia, conocer Machu Picchu y hacer muchas otras cosas”.
- Que sigue para Ceci y Pablo?
Ceci empezará a estudiar el próximo año y en algún momento también a trabajar. “No estamos desesperados, sabemos ahorrar y no gastamos en cosas innecesarias”. Pablo también seguirá con su trabajo y esperan volver a viajar más adelante. Su plan es escribir un libro en un futuro.
- Algún destino recomendado para parejas?
“Viajar por los fiordos en Noruega es lindo, un viaje mágico que volveríamos hacer”.
Le agardezco a Ceci y Pablo por compartir su historia. Estoy seguro motivará a muchos a viajar más y vivir mejor. 🙂
Pablo y Ceci
Nos casamos en 2014 e hicimos de nuestra luna de miel un gran viaje por el mundo. Recorrimos 22 países con las mochilas a cuestas y ahora queremos contarlo todo!
¿Quieres mandarles un mensaje?, envíales un correo a cecisalamone@gmail.com
o visita su web: http://almundoole.com/